QUE LES CORTEN LOS HUEVOS

El amor puede matarte, ya lo decía en mi último post. Y aunque el fundamento amoroso/pasional es sólo la punta de iceberg, lo cierto es que esta frase vuelve a cobrar, por desgracia, un sentido menos metafórico y más literal. Recientes acontecimientos son un claro ejemplo, pero no hay que olvidar que son decenas las muertes de mujeres que se producen al año, que son millares y millares las denuncias, y que el número de casos que nunca saldrán a la luz son incontables.

La violencia machista cotiza al alza y los mecanismos del "estado de derecho" resultan insuficientes para poner freno a la plaga de violadores, asesinos, maltratadores y demás basura que acecha por doquier. La Ley Penal se endurece y las penas privativas de libertad aumentan su duración; sin embargo, el efecto coactivo no se produce. Mientras tanto, muchas voces ya claman por la cadena perpetua, mientras una minoría más radical propugna la pena de muerte. Dos grandes mentiras que no funcionan: En muchos países en los que están implantadas, los índices de criminalidad siguen siendo altos. 

¿Qué hacer pues? ¿Cómo detener la lacra y al mismo tiempo imponer castigos proporcionales y suficientemente coactivos?. Vayamos al fondo de la cuestión: ¿Qué es lo que hace que un violador viole? ¿Qué es lo que hace que un maltratador maltrate? ¿Qué es lo que hace que un asesino asesine?.... Independientemente de los factores patológicos y sociales, que innegablemente existen, tengo bastante claro que la raíz del problema es esta.

Y por tanto, su solución no puede ser otra: