¿EN QUÉ COÑO NOS ESTAMOS CONVIRTIENDO?: EL MACCARTHYSMO DEL SIGLO XXI

Hace unas semanas encontré esta noticia en el diario :

Sospechoso por la barba

Los pasajeros de un avión obligan al desalojo de un profesor de Sevilla y a revisar su equipaje por su apariencia islamista


Podéis ver la noticia íntegra aquí:

http://www.elpais.es/articulo/espana/Sospechoso/barba/elpporesp/20060928elpepinac_18/Tes/

Hoy me ha sorprendido otro suceso lamentable, esta vez sito en Inglaterra:

Universidades británicas pueden 'espiar' a estudiantes musulmanes

El Gobierno pedirá a los profesores y al personal de las universidades británicas que 'espíen' a estudiantes musulmanes que puedan ser sospechosos de apoyar el terrorismo o el radicalismo islámico, asegura hoy el diario 'The Guardian'.

Aquí tenéis la noticia de marras:

http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/universidades_espiar_estudiantes_musulmanes_1143499.htm

Después de cosas así, deberíamos hacer un alto en el camino y reflexionar un instante. La República del Papel no es ajena a estas agresiones a derechos fundamentales del ser humano y lanza al aire la cuestión: ¿qué se puede conseguir mediante medidas semejantes? La respuesta es obvia: muchos de los estudiantes que profesen el islamismo, ante la amenaza a su derecho a la intimidad (en el mejor de los casos), acabará optando por estudiar en universidades islámicas, con lo cual su adoctrinamiento en posibles enseñanzas fundamentalistas será mucho más probable, y su integración se antojará más difícil.
Durante la Guerra Fría -hace ahora medio siglo, para ser exactos-, la paranoia anticomunista sirvió para justificar una doctrina monstruosa como el maccarthysmo: una caza de brujas indiscriminada contra todo aquello que lejanamente oliera a librepensamiento. Los Rosenberg y algunos otros fueron ejecutados, unos 30.000 libros fueron censurados, y artistas como Bertolt Brecht, Dashiell Hammett, Sterling Hayden o el mismísimo Charles Chaplin fueron investigados, siendo detenidos y humillados muchos de ellos, en ocasiones delatados por otros de su misma profesión, como en los lamentables casos de Elia Kazan, Cecil B. de Mille o Walt Disney.
Hoy en día, el comunismo ya no supone una seria amenaza para el establishment, y la persecución, mediante la manipulación de los medios y el dirigismo del miedo, apuntan a otros colectivos, así como a la reducción de los derechos civiles bajo cualquier pretexto... Y yo me pregunto, si seguimos esta tendencia ¿con qué autoridad moral pensamos hablarle al resto del mundo de valores morales, democracia y respeto?